AMIGO INVISIBLE
EL AMIGO INVISIBLE
Era una noche cerrada y oscura. La luna apenas se veía en el cielo, estaba cubierto por una bruma que hacía que la noche fuese fría. La humedad se notaba en el ambiente, la lluvia había dejado su rastro y ahora había charcos por todos los sitios por dónde pasabas. Los muchachos apresuraron el paso, sabían que no les faltaba mucho para llegar a casa, conocían bien el bosque, sabían que les esperaba una buena regañina por retrasarse tanto. Sergio que tenía ya 10 años, tomó de la mano a Pablo de 6 y apretó el paso. De repente Pablo gritó “escucha” se oyó un lamento no muy lejos de allí “alguien está llorando” volvió a decir Pablo; es que no quieres oírlo; “no” contestó Sergio “es tarde, mañana volveremos a ver qué pasa” “mañana puede ser tarde” imbécil discutían los dos hermanos mientras la llantina se hacía cada vez más presente. Sergio no quería desviarse del camino, pero medio enfadado y casi siguiendo a su hermano que salió corriendo se dirigieron hacía la voz. “espérame; no corras puede ser peligroso”…
Entre la oscuridad distinguieron que era un animal que estaba atrapado en un cepo, por lo que Sergio le dijo a Pablo “vámonos”; “no, vamos a ayudarle” parecía que el pequeño estaba dispuesto a salvarle la vida a lo que fuese que hubiese caído en la trampa. “siempre igual” dijo Sergio, “vamos”. Al acercarse distinguieron un lobezno, que efectivamente estaba atrapado en el cepo. “ten cuidado Sergio la madre puede estar por aquí” si pensó Sergio también mi padre podría estar por aquí. Ambos se acercaron con sigilo por detrás acariciaron al animal y lo libraron de su pesadilla, casi sin que pudieran moverse se acercó un lobo más grande a lamerles la mano lo que sorprendió a los muchachos que no podían creérselo, e igual que aparecieron se disiparon en la oscuridad.
Los chiquillos echaron a correr hasta llegar a casa. Justo en la puerta a la vez soltaron un grito que alertó a sus padres que salieron inmediatamente. Al ver la cara que traían se contuvieron de regañarles y escucharon atentamente su relato en el bosque, el padre la verdad un poco incrédulo “no será otra de vuestras invenciones por llegar tarde” “creo que no” dijo la madre; “no tienes más que ver a Pablo el susto que trae y como cuenta la historia Sergio tantos detalles tienen que ser ciertos. Los muchachos se libraron de ser castigados y entraron en casa ya para dormir.
Al día siguiente no tenían que ir al colegio y salieron con su padre al bosque pidiéndole por favor que no pusiera trampas para evitar que cayeran más animales. El padre trataba de explicarle que lo hacía porque mataban el ganado pero esta vez no pondría ninguna, vieron muchas aves para alegría de los muchachos y se cruzaron con caballos salvajes y a la vuelta Pablo gritó “mirad, allí entre los árboles, un lobo” “cuidado chicos no os mováis” dijo su padre. El lobo se quedó mirando y se fue. “creo que es nuestro lobo” dijo Sergio, “si tenemos un lobo amigo” contestó Pablo “vaya parece que hemos hecho un amigo el bosque” dijo el padre “vamos a comer”. Los chicos contentos de tener un nuevo amigo y el padre dudando si sus hijos habían contado la verdad o no.
ZALLATTA.
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